Instrucciones para «reír»

Antes de comenzar con las instrucciones, tomar una actitud positiva y relajada para con lo que te va a hacer o ayudar a reír. En primer lugar, levantar levemente las mejillas; si al hacerlo se cierran una pizca los ojos, no alarmarse: vamos por buen camino. Hay que tener en cuenta que reír es lo mismo que ir al gimnasio: ejercitas muchos músculos, por lo que es la excusa perfecta para aquellos que viven de excusas para no hacer ejercicio. Una vez que las mejillas están levantadas, notarás que la posición de tu boca es molesta, por lo que es recomendable mover un poco el labio inferior hasta que se pueda apreciar nuestra dentadura. Llegado a este punto, no mires fijamente a la gente por más de tres segundos o pensarán que tienes algún problema en la cabeza. Para evitar esto, debes producir un sonido nasal que, aunque a priori parezca más a una onomatopeya de algún animal no descubierto, ayudará a que la otra persona empatice contigo y no piense que te faltan cuatro hervores (nota: no siempre funciona). Con las mejillas levantadas, los ojos medio cerrados, la boca medio abierta y produciendo ese sonido nasal, mantendremos en el tiempo esa postura mientras seguimos haciendo ese ruido o, en el caso de que no quieras hacerlo, repetiremos sin parar la palabra “JA”. Aunque parezca algo imposible de mantener en el tiempo, es una acción mecánica con efectos en bucle, es decir: cuanto más te rías, más te hará gracia y más te volverás a reír. Esto puede alargarse todo lo que quieras, pero debes saber que, igual que te hemos comentado anteriormente, prolongar demasiado tiempo la risa puede tener consecuencias negativas de la gente hacia tu persona. Por otra parte, prolongar más la risa y exagerar todos los movimientos que te hemos enseñado puede producir un efecto “espejo” y que tu risa sea contagiada a más personas a modo de virus. Es importante que, durante todo este proceso, reprimas todas las ganas de orinar que aparezcan de repente; si no lo consigues, puedes volver a reírte como te hemos enseñado sin tomarte como algo personal las risas y/o miradas de las otras personas hacia ti.

Definición de CONSEJO

Orden, camuflada por un tono amable, en la que haces creer a la persona que eso que está haciendo está bien pero que sería mejor si lo hace como tú le dices. El valor del consejo reside en que, mientras tú piensas que eres autónomo en tu decisión de hacer algo, el aconsejador piensa que haría ese algo mejor que tú y te engaña para que, finalmente, escojas el camino que él te ha señalado. Puede ocurrir que en ocasiones el aconsejado no caiga en la trampa del aconsejador y cite una de las frases más utilizadas en estos casos “es un consejo. Puedes hacer lo que quieras luego” manipulándote, otra vez, sin que te des cuenta.

Poesía para locos

Viajero del infinito.
Partiendo cachos de pan en la olla.
No me tires más los tejos.
Algo en tu vida puede,
y algo en tu puede vida
Te di lo tuyo,
y ahora me das lo de ellos.

Por qué hacemos eso:
¿Acaso es nuestro dibujo de Art Attack?
Ven que no quepo en mi gozo;
el pozo de la sabiduría,
vacío por dentro como por los lados.
Y entonces me digo:

¿HASTA DÓNDE HEMOS LLEGADO?

Improesía

Parece que esto retoma,

como aquella barca desecha,

que sin querer se asoma,

mostrando sus anchas brechas.

 

Puede no tener sentido,

o quizás si lo tenga.

No obstante he decidido,

sin que Dios me lo tenga en cuenta,

subrayar estas palabras

a modo de libro de cuentas.

 

Y ya basta de poesía,

que me agota demasiado;

porque me hace pensar todo el día,

aunque no ande muy afinado.

Otra vez en el principio

Oye, que no puedo… ¡Qué impotencia! Lo intento, y siempre le doy vueltas pero no lo consigo, y estoy harto… harto de pensar que no lo consigo pero es que es la verdad, no puedo.

Me falta algo, una motivación, algo que me diga «¡Eh, tú, estoy aquí! ¡Haz algo para remediarlo! «. Hace tan sólo un año que tuve esa sensación de plenitud. Alcancé una meta la cual creía a mil años luz, pero que al final no estaba tan lejos (bueno, un poco sí).

Pero estoy otra vez en el punto  de partida y, además de eso, veo que me cuesta seguir una vida normal como la que tiene la gente. Me falta fuerza de voluntad y no sé de dónde sacarla.

Y parece que veo luz al final del tunel… pero es que el tunel es largo, muy largo.

Eso que te impulsa a algo

Estaba pululando por facebook y llegó a mi muro un enlace que había compartido el propio Albert Espinosa de su entrevista en “El Hormiguero”. No miento si os digo que leí rápido y entendí “Albert Rivera” y no os podéis imaginar el corto circuito que se me formó en la cabeza: es verdad que había entendido “Albert Rivera” pero en mi subconsciente, o dónde sea que fuese, sabía que era “Albert Espinosa”… de ahí que me entrara una risa floja al pensar que el señor Rivera hubiese escrito un libro exitoso al nivel del señor Espinosa. Ojo, no tengo nada en contra de Rivera ni lo decía con ánimo de ofender, ni mucho menos, sino que simplemente mi mente me la jugó.

Clickeé en el enlace y me puse a ver la entrevista. Debo decir que siempre que le he visto en televisión, los presentadores o los que le entrevistan (porque no todos son dignos presentadores) le miran y hablan con una sonrisa limpia; parece como si él les centrara en la entrevista y olvidaran por un momento el telepronter o el pinganillo. Suelen ser entrevistas reales y sin tapujos.

Cuando terminó la entrevista, automáticamente me acordé que mi casera había dejado varios libros en casa, y uno de ellos era uno de Albert Espinosa. No sabría explicar el por qué, pero, tras ver la entrevista, me sentí en la obligación de leerme un libro de este señor. Y es algo que me ha dado siempre mucho coraje: el no leerme libros o textos en general de gente a la que, tras escucharla hablar, me alegra el día y crea motivación en mí.

Me puse a leer entonces.

Dicen que estamos ya en 2016

Es hora de escribir algo. Ya estamos en el 2016. «Anda, qué bien, ¿no? Feliz año y bla bla bla». Seguro que esperabais algo de este estilo. Me gusta pensar que cada año nuevo es el mismo que el anterior, y pensándolo, podrian haber pasado milenios y seguiríamos en el mismo año.

Yo no soy de felicitar el año que entra, más allá del postureo virtual. Cuando veo a mis amigos me felicitan, algunos me dicen que por qué no les devuelvo la felicitación: simplemente se me olvida. No me parece tampoco algo trascendental como para ser lo primero en mente a la hora de entablar una comunicación con otro ser humano.

Y bueno, cambiando de tema. Ayer vi «Star Wars VII: una nueva esperanza» y me quedo con la cara de monguer del malo (cuando no lleva el casco) y mi diente roto gracias a una mina en forma de palomita.

Como podéis ver, mi año no empieza bien. A ver cómo acaba.

Otra vez en el camino

Pasó el tiempo. Terminó. Un nuevo horizonte puedo alcanzar sin que mis falsas metas me obstaculicen como acantilados sin agua. Es hora de vivir, revivir mi realidad y volver a escribir, escribir un destino que pude haber tenido y no tuve, pero tendré.

Y luego llega el cambio de vida, otra cosa más de la que temer. Pero ojo, es bueno temer: te ayuda a respirar de esta sociedad de estereotipos y tradiciones sociales ridículas que sólo entorpecen lo que alguna vez quisiste ser.

Y dos años después de mi último escrito sigo con nubes en mi cabeza. Pero esta vez no hay tormenta… Las nubes tienen formas de todo tipo, al gusto de todos. Y entre ellas hay una que no parece nada en concreto, pero yo sé lo que es: la reconozco. Esa nube es mi vida, que como ella, sigue adelante lentamente movida por un leve viento de experiencias y fracasos.

Charly.

Imposibilidad posible

Es imposible tener lo posible. Lo posible es como un fantasma que se esfuma como el humo de una chimenea. Si lo posible es imposible tener, quizás debamos replantearnos si es posible tener lo imposible. Quizás lo que puedas alcanzar no es más que otro obstáculo para llegar a alcanzar lo imposible.

Eh, tú. Piénsatelo.

Entre el cielo y la tierra

Si miro a lo alto puedo sentir mi cabeza levitando sobre un mar de dulce esperanza, mientras que, si bajo la cabeza, el haberno me mira con envidia falsa a cambio de un sitio en la humanidad.

Nos quejamos del cielo y la tierra, pero nos olvidamos de que nostros los tenemos a un lado y a otro.

Líderes mundiales: REFLEXIONEN Y ACTÚEN.